Impactos del Cambio Climático sobre los Sistemas de Recursos Hídricos
En muchas cuencas del mundo, la disponibilidad del agua es vulnerable a potenciales efectos del cambio climático. Además, la distribución irregular de la precipitación en espacio y tiempo juega un papel importante en la definición de las características hidrológicas de la cuenca, siendo aún más complicada si las alteraciones en el ciclo hidrológico se producen como consecuencia del cambio climático.
Los cambios en los patrones de temperatura y precipitación, debido al aumento en concentraciones de gases de efecto invernadero afectan los procesos hidrológicos, en consecuencia, impactos negativos son esperados sobre los recursos hídricos para la agricultura, los usos urbanos, la minería y la industria, la vida acuática en ríos y lagos, y la producción de energía hidroeléctrica. Asimismo, cambios espaciales en intensidad y frecuencia de las precipitaciones pueden afectar la magnitud y frecuencia de los caudales, incrementando la intensidad de inundaciones y sequías, con impactos importantes sobre las actividades económicas a nivel local y regional (Ingol and Mckinney 2011).
Por otro lado, a escala global, estudios indican que la temperatura aumenta en más de 3.5 º C, bajo el escenario de emisión A2, para finales del siglo XXI, la precipitación se reduce en más del 25% para latitudes medias y bajas, aproximadamente (IPCC, 2008). Del mismo modo, un incremento de la evaporación y una disminución del contenido de humedad del suelo y la recarga de aguas subterráneas son esperados; en consecuencia, condiciones de sequía y aumento de las tasas de evapotranspiración se proyectan para verano en regiones subtropicales, latitudes medias y bajas.
En el Perú, una evaluación nacional de escenarios climáticos realizada por SENAMHI, se estima un progresivo incremento de la temperatura máxima y mínima, con 2.8 º C en promedio para finales del siglo XXI. Del mismo modo, se proyecta una reducción de la precipitación del orden de 40 % para invierno y un incremento durante verano y primavera de 20 % en promedio (SENAMHI, 2007).
Un incremento de temperatura con una disminución de la precipitación producirá una drástica disminución de la disponibilidad hídrica en ríos y otras fuentes naturales, así como un incremento substancial de las tasas de evapotranspiración significando un mayor consumo de agua, afectando los usos agrícolas, municipales, producción de energía eléctrica e industriales. Adicionalmente, se espera una lenta pero sostenida reducción de los glaciares del Perú, los cuales juegan un rol importante en el abastecimiento de agua de los sistemas hídricos de comunidades en regiones andinas.
Los cambios en los patrones de temperatura y precipitación, debido al aumento en concentraciones de gases de efecto invernadero afectan los procesos hidrológicos, en consecuencia, impactos negativos son esperados sobre los recursos hídricos para la agricultura, los usos urbanos, la minería y la industria, la vida acuática en ríos y lagos, y la producción de energía hidroeléctrica. Asimismo, cambios espaciales en intensidad y frecuencia de las precipitaciones pueden afectar la magnitud y frecuencia de los caudales, incrementando la intensidad de inundaciones y sequías, con impactos importantes sobre las actividades económicas a nivel local y regional (Ingol and Mckinney 2011).
Por otro lado, a escala global, estudios indican que la temperatura aumenta en más de 3.5 º C, bajo el escenario de emisión A2, para finales del siglo XXI, la precipitación se reduce en más del 25% para latitudes medias y bajas, aproximadamente (IPCC, 2008). Del mismo modo, un incremento de la evaporación y una disminución del contenido de humedad del suelo y la recarga de aguas subterráneas son esperados; en consecuencia, condiciones de sequía y aumento de las tasas de evapotranspiración se proyectan para verano en regiones subtropicales, latitudes medias y bajas.
En el Perú, una evaluación nacional de escenarios climáticos realizada por SENAMHI, se estima un progresivo incremento de la temperatura máxima y mínima, con 2.8 º C en promedio para finales del siglo XXI. Del mismo modo, se proyecta una reducción de la precipitación del orden de 40 % para invierno y un incremento durante verano y primavera de 20 % en promedio (SENAMHI, 2007).
Un incremento de temperatura con una disminución de la precipitación producirá una drástica disminución de la disponibilidad hídrica en ríos y otras fuentes naturales, así como un incremento substancial de las tasas de evapotranspiración significando un mayor consumo de agua, afectando los usos agrícolas, municipales, producción de energía eléctrica e industriales. Adicionalmente, se espera una lenta pero sostenida reducción de los glaciares del Perú, los cuales juegan un rol importante en el abastecimiento de agua de los sistemas hídricos de comunidades en regiones andinas.